Psicología
Orientado a ayudar a personas adultas que han desarrollado un trastorno psicológico (ansiedad, estrés, estado de ánimo deprimido), o a personas sin trastornos que deseen mejorar sus habilidades de afrontamiento.
Soy una doctora en psicología y sexóloga, con experiencia en el tratamiento de problemas psicológicos, trastornos sexuales y terapia de pareja.
Orientado a ayudar a personas adultas que han desarrollado un trastorno psicológico (ansiedad, estrés, estado de ánimo deprimido), o a personas sin trastornos que deseen mejorar sus habilidades de afrontamiento.
Orientado a personas adultas con problemas sexuales (anorgasmia, eyaculación precoz, falta de deseo, vaginismo, problemas de erección) o personas que deseen información y/o educación sexual.
Orientado a mejorar la comunicación y la negociación, mejorando los niveles de satisfacción en cualquier tipo de relación de pareja (independientemente de los conflictos que existan).
Orientado a ayudar a las personas a superar situaciones complicadas como la pérdida de un ser querido, los tratamientos de reproducción asistida, etc.
Actualizaciones en psicología y sexología.
Esta es, desde mi punto de vista, una de las variables más interesantes que se estudian en psicología. Consisten en la creencia que tiene una persona acerca de su propia habilidad o capacidad para realizar un comportamiento determinado. Por esto mismo, las creencias de autoeficacia, o autoeficacia a secas, son un excelente predictor del comportamiento. Es sencillo: si me creo muy capaz de hacer algo, la probabilidad de que lo haga es mucho mayor que si no me siento capaz de afrontar una situación.
A menudo en la consulta es fundamental aumentar las creencias de autoeficacia de una persona. Así se le ayuda a afrontar con éxito aquellas situaciones complicadas del día a día. Por eso es una variable cuyo estudio y aplicación me interesa mucho.
Aquí os dejo una infografía «homemade». En ella se explica qué es la autoeficacia y cómo se desarrolla, aparte de unos cuantos consejos sobre cómo mejorar la nuestra.
Si no puedes visualizar bien esta infografía, puedes verla clicando en este enlace: Infografía sobre Autoeficacia.
«Érase una vez una vaca que pastaba en el monte». Así empieza mi tratamiento exprés para la eyaculación precoz. «Esta vaca está rodeada de moscas. En un momento dado, una mosca puñetera se le para en el anca derecha. La vaca menea la cola y la espanta. Pero la mosca es pesada, y al cabo de un rato se le para en el lomo. Y la vaca la vuelve a espantar con la cola. Y así una y otra vez. Hasta que la mosca tiene la feliz idea de pararse en la nariz de la vaca. Y la vaca saca la lengua y se la traga». Moraleja: Lo que no puedas acabar con el rabo, acábalo con la lengua…
Y este es el tratamiento exprés para algunos casos de eyaculación precoz: Si el problema es que eyaculas antes de que tu chica haya alcanzado el orgasmo… hay otras posibilidades de que ella lo alcance. De hecho hay tantas posibles soluciones a este problema como comportamientos sexuales existen (spoiler: son más de cuatro). También existe la opción de esperar un ratito, y dar una segunda vuelta (así de paso subimos la media de coitos, por si también consideramos que está un poco baja).
Como menciono en el artículo de la web sobre la eyaculación precoz, este trastorno es uno de los más recientes en sumarse a la lista de trastornos sexuales. Y es uno de los más controvertidos. Han existido muchos criterios para determinar si existe el trastorno o no. Nuestro DSM-5 (en el enlace podéis ver qué es el DSM-5) considera un criterio temporal (si la eyaculación se produce aproximadamente en el minuto siguiente a la penetración). Yo no estoy muy de acuerdo con esto. Me gusta más la idea de la doctora H. S. Kaplan, que se centraba en la falta de control. Kaplan considera que algunos varones están tan nerviosos por su ejecución durante las relaciones sexuales que, básicamente, no prestan atención a sus señales corporales, lo que hace que la eyaculación les sobrevenga de improviso, «de sopetón».
A veces basta con información y asesoramiento. En otras ocasiones, reestructuración cognitiva. En cualquier caso, la eyaculación precoz tiene solución y se puede tratar en poco tiempo.
A veces vienen a la consulta casos de chicos que no tienen, ni de lejos, eyaculación precoz. Son hombres preocupados porque eyaculan antes de sus parejas, pero la eyaculación no es rápida. Esto no es ninguna broma. Hay casos de hombres muy procupados por su funcionamiento sexual, que acuden angustiados porque consideran que «algo no va bien». El tratamiento exprés para la eyaculación precoz es idóneo en estos casos. Porque no hay nada mejor para relajar la ansiedad que una explicación sencilla y un poco de humor. En ocasiones esto es suficiente. Otras veces hay que poner en marcha asesoramiento, información y formación sexual. Cuando no reestructuración cognitiva (de pensamientos y creencias desajustados) tanto en él como en ella.
Entre los casos en los que sí hay eyaculación precoz, más que una preocupación por tardar poco tiempo, la preocupación se debe a la sensación de sentirse fuera de control (eyacular de improviso, casi sin esperarlo) y la preocupación por considerar que su compañera se queda insatisfecha. En estos casos hay que aplicar otras técnicas terapéuticas, aunque el tratamiento exprés para la eyaculación precoz puede ayudar para ir mejorando la situación en lo que se gana experiencia y se avanza con la terapia. Sólo con tener alguna alternativa suele ser suficiente para que el chico se relaje lo suficiente como para ir obteniendo resultados.
Tanto la eyaculación precoz como la eyaculación retardada son dos problemas masculinos de la fase del orgasmo. En ambos casos se ha aplicado un criterio temporal (la eyaculación sucede «pronto» o «tarde»). Curiosamente a nadie parece preocuparle la velocidad con la que la mujer alcanza el orgasmo. Parece que la sociedad considera normal que la mujer «tarde más» que el hombre. En cualquier caso, nunca ha venido ninguna mujer a la consulta quejándose de que «alcanza el orgasmo demasiado pronto». Os dejo aquí esta pregunta: ¿se os ocurre alguna explicación a este fenómeno? Será el tema de una futura entrada…
Hoy comienzo este blog de psicología y sexología, y lo hago recomendando la lectura de este libro: El hombre que no deberíamos ser, de Octavio Salazar, no sólo porque trata de feminismo, un tema que me interesa muchísimo y que creo que hay que divulgar (sí, no sabemos tanto de feminismo como creemos), sino porque lo hace desde una perspectiva que a veces se nos olvida: la de los hombres. Como todas y todos deberíamos saber, el feminismo no trata sólo de conquistar derechos para la mujer, sino de conseguir la verdadera igualdad, lo que significa que también tenemos que esforzarnos por conquistar los derechos del hombre. Pero, ¿qué derechos son esos?, porque muchas personas pensaréis que el hombre lo tiene mucho más fácil, que no hay nada que deba conquistar o reivindicar.
Este libro es una pequeña joya.
Quizá nos lo puede parecer, porque las reivindicaciones de la mujer pasan por conquistar espacios públicos, que estaban reservados al hombre y que resultan muy valorados a nivel social. La conquista pendiente del hombre es precisamente el espacio privado, el que estaba dedicado a las mujeres, ese espacio que últimamente parece que valoramos cada vez menos, a pesar de la increíble importancia que tiene. El cuidado de los hijos e hijas, la logística doméstica, la expresión natural de ciertas emociones o sentimientos… todas estas áreas en las que las mujeres nos podemos desenvolver (mejor o peor), sin que nadie nos critique, o nos mire como si estuviéramos haciendo algo fuera de lo común. Del mismo modo que las mujeres salieron de su mitad del mundo y se embarcaron en la conquista de la otra mitad, los hombres tienen que animarse a salir de su encierro y conquistar los espacios que antes eran femeninos. Y para hacerlo, es necesaria una revolución, un cambio de mente, una nueva reivindicación y una conquista.
Este libro está escrito para que hombres y mujeres perciban la importancia que tiene este movimiento. Con un estilo directo y sencillo, sin complicaciones innecesarias, pero de una manera elegante y atractiva, el autor nos describe cómo de necesaria y productiva sería una revolución masculina. No sólo os lo recomiendo a vosotros/as, sino que lo añado a la lista de libros para recomendar en la terapia, puesto que a diario veo los estragos que la socialización de género tiene en las relaciones de pareja y en el desarrollo de problemas psicológicos y sexuales. ¡Cuánta insatisfacción y malestar innecesarios producen estos estereotipos!
Os dejo la referencia para que no tengáis problema en encontrarlo: Salazar Benítez, O. (2018). El hombre que no deberíamos ser. Barcelona, España: Editorial Planeta.