¿Qué es la ansiedad generalizada?
Las personas que sufren ansiedad generalizada tienen tendencia a preocuparse demasiado por una amplia variedad de problemas. Las situaciones que les preocupan son completamente reales, pero suelen exagerar su gravedad, o las perciben mucho más peligrosas o amenazantes. Les cuesta trabajo «desconectar» y se sienten inquietos/as, están siempre a punto de «saltar». Por norma general, suelen sentirse muy fatigados/as y pueden tener alteraciones del sueño, dificultades para concentrarse o tensión muscular. En muchos casos, es habitual que padezcan problemas digestivos y/o que tengan facilidad para enfermar (acatarrarse con frecuencia, por ejemplo). Algunas personas tienen tendencia a mostrarse irritables e impacientes.
Por norma general, este problema les supone un gran malestar y dificulta sus relaciones sociales y laborales. Muchas de estas personas son conscientes de que se preocupan demasiado y desearían estar más tranquilas, pero no saben cómo conseguirlo.
En algunos casos, este exceso de activación puede llevar a la persona a sufrir un ataque de pánico. Sufrir uno o más ataques de pánico suele aumentar el malestar. En estos casos es conveniente descartar la existencia de un trastorno de pánico.

Las personas con ansiedad generalizada suelen preocuparse mucho, por muchos motivos diferentes.
La ansiedad generalizada, ¿se puede tratar?
Por supuesto que sí. Hay varias formas muy eficaces de enfrentarse a este problema. Como en casi todos los problemas relacionados con un exceso de ansiedad, es necesario aprender a relajarse. Por esta razón las técnicas de desactivación jugarán un papel muy importante.
Otros procedimientos efectivos para afrontar la ansiedad generalizada son las terapias de afrontamiento, la exposición (si hay evitación) y también las terapias cognitivas, que ayudan, dicho coloquialmente, a «cambiar el chip».
Todos estos procesos implican el aprendizaje de nuevos hábitos, tanto conductuales como mentales, que ayudan tanto a disminuir los niveles de ansiedad presentes como a la forma de gestionar los problemas que se puedan presentar en el futuro.