¿Qué es la eyaculación retardada?
La eyaculación retardada es un problema masculino de la fase de excitación. Podríamos considerar que es el trastorno opuesto a la eyaculación precoz. Se produce cuando el hombre experimenta un retardo significativo de la eyaculación, aunque no desee dicho retraso. También puede suceder que la eyaculación ni siquiera llegue a producirse o que ésta sea muy infrecuente. Este trastorno también se conoce por los términos: aneyaculación o incapacidad eyaculatoria.

En la eyaculación retardada, el retraso, ausencia o infrecuencia de la eyaculación no es deseado por el hombre y genera ansiedad o malestar.
Cualquier hombre puede experimentar este problema de forma casual en alguna ocasión, sin que esto signifique que padezca este trastorno. Para poder hablar de un problema de eyaculación retardada es necesario que la eyaculación esté ausente o se retrase casi todas las veces que el hombre intenta tener relaciones sexuales en pareja. En realidad, aunque la eyaculación y el orgasmo son procesos diferentes, el problema podría considerarse prácticamente como un problema de anorgasmia masculina.
Aunque la eyaculación retardada no es tan frecuente como la disfunción eréctil, la eyaculación precoz o la anorgasmia femenina, sí que hay un porcentaje significativo de hombres que la sufren.
¿Qué causa la eyaculación retardada y cómo se trata?
Como muchos otros trastornos, es importante descartar la causa orgánica. Si el origen del trastorno es de tipo orgánico, el tratamiento debe implementarlo un profesional de la medicina. Este sería el caso si la causa fuera, por ejemplo, una lesión en el sistema nervioso. El consumo de ciertos medicamentos o de drogas también puede causar eyaculación retardada.
No obstante, las causas de este trastorno suelen ser psicológicas. Entre ellas, el miedo a la paternidad, la fobia al semen, problemas o crisis de pareja. También puede deberse a problemas en el aprendizaje de ciertos comportamientos sexuales.
En estos casos el tratamiento elegido será un tratamiento psicológico. Las técnicas de reestructuración cognitiva son muy eficaces para tratar estos miedos y fobias, además de cualquier creencia disfuncional. Además, según sea la causa del trastorno, las técnicas cognitivas deben complementarse con otras técnicas conductuales que favorezcan el cambio de hábitos.