No puedo decir que escribir sobre mí me guste mucho. Pero de esto se trata precisamente esta iniciativa: de cambiar, evolucionar, hacer cosas diferentes, superar los «no me gusta», «no me apetece», «no tengo ganas», … Así que predicaré con el ejemplo.
Una pizca de historia sobre mí…

Esta soy yo en la consulta. La fotografía fue tomada y cedida por Mercedes Quesada.
Me llamo Adelaida, y nací en Granada allá por el año 80 y pico 😉 … aunque viví en Bilbao hasta 1999, año en que regresé a la ciudad de la Alhambra para ir a la universidad.
Desde que recuerdo, siempre quise estudiar y dedicarme a la psicología. Y por suerte (y un poco de cabezonería) eso es precisamente lo que hago.
Nunca me llamó especialmente la atención el área de la patología, de los problemas mentales y los trastornos. Ya desde el principio lo que más me entusiasmaba (y me entusiasma) de la profesión es que prácticamente todo lo que puedes aplicar a una persona con «trastornos» para ayudarla a volver a la «normalidad», puedes transmitirlo a una persona sin problemas para ayudarla a mejorar su calidad de vida y sus niveles de satisfacción.
De modo que…
…sí, si tienes unos niveles de ansiedad que se salen del gráfico y te impiden vivir tu vida con normalidad y ser feliz, la terapia te va a ayudar (y mucho). Te servirá para desarrollar estrategias que te libren del exceso de ansiedad y a llevar una vida normal.
Y si consideras que tus niveles de funcionamiento sexual son catastróficos o te producen insatisfacción, hay mucho que puedes hacer para mejorarlos. Si has roto toda la vajilla tratando de acertarle a tu pareja en la cabeza, qué duda cabe que hay mucho que aprender y mejorar en la relación (y si estás en alguna de estas situaciones te invito a que me llames).
Pero, igualmente, considero que hay muchas personas con unos niveles de ansiedad «normales», con una vida sexual «normalmente» satisfactoria y/o con una relación de pareja con más o menos altibajos, que sin tener necesariamente lo que denominamos un «trastorno», podrían trabajar y aprender mucho para mejorar su calidad de vida.
Modus operandi:
Desde que empecé a dedicarme a la psicología (y a la sexología), no pasa un día en que no intente aplicar a mi propia vida algunas de las técnicas que aplico en la terapia.
Recuerdo que una de las primeras que me autoapliqué fue un ejercicio propuesto en una clase sobre trastornos emocionales. Una de mis profesoras nos instaba en clase a que nos propusiéramos hacer deliberadamente alguna tontería para exponernos al ridículo y superar, entre otros, ese miedo al «qué dirán». Llevar un jersey del revés o dejarse una etiqueta en la ropa y observar a las personas que nos rodean. Y morirse de la risa en lugar de morirse de la vergüenza.
Intentar sonreír y transmitir «buen rollo» incluso cuando haces una visita al catastro (¿y qué culpa tiene la funcionaria de que yo me haya comido un atasco del copón, o de que no hubiera aparcamiento?).
O intentar no caer en el pesimismo (aunque «la vida está muy mal» y te lo digo yo que soy autónoma 🙂 ), tomarse el tiempo para responder a un problema (kein Stress!), relajarse, ser organizada (o aprender a ser más flexible y dejar espacio a un poco de caos, en mi caso), gestionar las emociones negativas (kabenzotz!) y las frustraciones de la vida, no caer en el desánimo…
Estas son algunas de las cosas que he ido aprendiendo desde mi primer día en la universidad. Aunque una no es perfecta y de vez en cuando se abruma con emociones negativas, tiene un momento pesimista, da una mala contestación, pega una voz o se pone de los nervios…, pero en la medida de lo posible, aquello de «en casa del herrero, cuchillo de palo», no me va para nada.
En resumidas cuentas…
Así es como me decidí a embarcarme en este proyecto. Una consulta en la que sí, se trabaja con los problemas, especialmente los relacionados con la sexualidad humana y con los de ansiedad, pero que tiene una visión positiva de la vida y que pretende ir más allá y trabajar para prevenir (antes que lamentar) y para mejorar la calidad de vida y la satisfacción de todas aquellas personas que quieran intentarlo.
Si quieres probar… aquí tienes una amiga que te puede ayudar en tu viaje.